Se sumerge en el estanque, y yo en el verde de sus ojos.
Ojos que observo en mi pensamiento, y que nunca antes me había detenido a mirar.
Detallándolos, me perturba la idea de que se apague su belleza
por un rojo amenazante y dolido al rededor;
o por arrugas, que celosas se empeñan en restarles su gracia.
Pero ellos no pierden su vida, son como esmeraldas.
No.
Mejores.
Menos vanidosos, mas valiosos; incoscientes de su belleza.
Preocupados.
Pacientes.
Gentiles.
Llenos de un amor que nunca acaba.
A veces cuando los veo,
me pregunto qué esconden;
qué historia conocen de ella que yo no.
Mas, me muestran lo que es ahora,
lo que ha hecho de mi..
Y quisiera saber si algún día seré capaz de hacer;
aún con mis ojos cafés,
lo que esos ojos verdes han logrado.
Se sumerge en el estanque.
Esta vez es una lágrima.
Los ojos cafés lloran.
Quieren ser como los verdes.
Pero yo confío en ellos;
en su manera de ver el mundo
y en que lograrán hacer felices
a esos ojos verdes que tanto admiran.
Que tanto admiro.
Admirable!
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